El tiempo que llevamos trabajando en el mundo de las instalaciones, desarrollando todo tipo de proyectos: eléctricos, contra incendios, planes de seguridad y emergencia …, nos ha permitido comprobar que muchos de los lugares que visitamos, públicos o privados, carecen en ocasiones de la seguridad necesaria. Si nos centramos en las instalaciones públicas, esos fallos se producen casi siempre por las siguientes causas:
Quizá sea el primer punto “la falta de mantenimiento” el que hace que las instalaciones vayan entrando en decadencia y nos encontremos con infraestructuras que en un principio cumplieron con la normativa legal sobre seguridad, pero que posteriormente y según pasa el tiempo se van transformando, pasando del estado inicial de seguridad y operatividad a un estado de deficiencia y peligrosidad. Y si en encima no existen un control sobre dicho mantenimiento y no se realizan las oportunas inspecciones, el caos es total.
En este punto extraemos un fragmento del comunicado del Consejo General Colegio Oficial de Ingenieros Industriales (CGCOII) sobre seguridad industrial escrito hace ahora mismo un año:
“En España existe desde hace tiempo normativa legal sobre seguridad y reglamentaciones técnicas, así como procedimientos de aplicación de las mismas que, si no perfectos, sí han manifestado su operatividad a lo largo de los años, siempre que se cumplan.”...
...“mientras estén vigentes las reglamentaciones, hay que exigir su estricto cumplimiento, con la consecuente exigencia de responsabilidades en caso contrario. Es lamentable que sólo se recuerden ante la opinión pública las exigencias de la seguridad cuando ocurren sucesos luctuosos o incluso tragedias irreparables.”
La importancia de cumplir la normativa y la reglamentación vigente, (que como bien dice el artículo, están basadas en el conocimiento técnico y estudio de profesionales y son de aplicación tanto a las instalaciones públicas como privadas), es responsabilidad de las las instituciones y de sus técnicos y es lo que hace que los lugares cuenten con el paso de los años con los requisitos proyectados inicialmente.
Por último destacamos también del comunicado lo siguiente:
"Hay que separar adecuadamente lo que son trabas burocráticas innecesarias e ineficientes de lo que es la necesaria presencia del rigor técnico, materializado en las personas que lo poseen, en las decisiones..."
Cómo profesionales, cuando desarrollamos un proyecto, debemos tener en cuenta todas estas exigencias y velar por su estricto cumplimiento, para que realmente nuestras infraestructuras sean lugares seguros para todos, pero lo que no se puede permitir es que dichas instalaciones pasen a un estado de limbo donde los siguientes de la cadena (usuarios, ayuntamientos y cabildos) no cumplan con su cometido, de mantenimiento unos, ni comprobación e inspección otros, porque de esta forma el trabajo realizado no cumple con los objetivos previstos.
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